lunes, 17 de diciembre de 2007

Se confunden las lenguas

Basado en hechos reales, semana santa 2007.


Llegó el día del viaje, hora de salida, las tres de la tarde. Servidora que ya había preparado la comida y hecho la maleta el día anterior (no por cumplidora sino por no tener que levantarme antes). No sirvió de nada pq mi tía me llamó tenía que ir hasta casa de mi primo que está en la otra punta de la ciudad, ayudar a guardar las maletas en el coche y hacerle un encargito. Comprarle un cuarto de pollo asado, se ve que es un embutido que no engorda información de la cual servidora no disponía además se unieron varios factores.


Primero me llamo cuando estaba durmiendo así que la conversación es mayoritariamente dirigida por mi subconsciente Una mantiene una conversación coherente pero luego llega la parte mala no me acuerdo de nada. De ahí que me manden tener la lavadora información que no llega a mi consciente, luego recibo las broncas por no haberlo hecho pero es que ni tan si quiera me acuerdo de cuando me lo pidió y como es de suponer no tengo la costumbre de mirar a ver si hay que tenderla cuando me levanto. Y quien diga que sí miente seguro que lo primero que piensa cuando te levantas y después de ir a lavabo es en jalar antes de decir “anda voy a ver si hay una lavadora para tender”.


Ya me he desviado del tema, nos hemos quedado en que me mandaron comprar según mi tía un cuarto de pollo asado (usease 250 gramos). A mi entender un cuarto de pollo para asar, nótese la sutil pero importante diferencia. Además hay que añadir el horario me dijo para comer evidentemente eso pensé no va a ser para ponérselo en los ojos como los pepinos, pero se refería a que era para la hora de comer no para cenar. Si es que… pq se dirá de la misma manera de eso sí que no tengo la culpa. Además es de lógica que se hubiese preparado algo para llevar.


Ahora van los antecedentes. Ahí va mi pensamiento lógico:

1. Mi tía está a régimen y pensé como llegaremos del viaje a la hora de cenar pos querrá mantener la dieta y hacerse el pollo a la plancha.

2. Desde cuando el embutido es de dieta, vamos eso no sale en el programa ese de “Saber vivir”, si lo primero que te prohíbe el médico es comer embutidos.

3. No sabía que existe un embutido de pollo asado, nunca lo he comido aunque ahora me ha entrado curiosidad por probarlo.


En fin, al final llegué tarde pq estuve media hora haciendo cola para comprar el pollo que no era, el coche ya estaba cargado para buscar a mi primo y mi tía a las dos de la tarde y irse de vacaciones. Tubo que comprar un insípido bocadillo de un área de servicio a precio pelo puta. Para mi que no le gustó la idea de cocinarlo con el mechero, encima de que una propone soluciones. Luego mi primo gastando la bromita diciéndole que comiese de crudo expresión que se usa en mi pueblo cuando la gente no tiene ganas de cocinar, pos a comer embutido.


No veas el cachondeo familiar que ha generado la anécdota. Bueno al menos ha servido para que no me manden otra vez comprar hoy lo ha intentado, me ha dicho de comprar salmón al recordarle el fiasco me ha dicho que nanai, no hay mal que por bien no venga.



Nota: La obra de arte correspondiente al post anterior del día 19 de noviembre es ta ta chan!!! La dama de Elche, aún me hago cruces como fue capaz mi hermana de acertar.

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