La gente no tiene nada mejor que hacer y es venir el día 24 de diciembre a las ocho y cuarto de la noche cuando estamos a punto de cerrar para irnos a casa en nochebuena. Exige una visita de urgencia con un médico y cuando le atiende el médico. El tío va y resulta que la “urgencia” era que tenía un acné de desde hace dos meses.
¡Vamos hombre! No me jodas, si no celebras la nochebuena no fastidies y menos por algo que no es una urgencia.
Si tenemos que quedarnos más tiempo hasta una hora y media más después del cierre para que la gente sea atendida por urgencia se hace. Si tenemos que volver a abrir el ambulatorio pq justo cuando estábamos apagando las luces llega un niño sangrando pq se ha caído de la bici. El pobre está solo, se le cura y llamamos a sus padres (todo lo que he dicho arriba se ha hecho).
Yo pondría un cartel sobre lo que es urgencia y lo que no es, pero en fondo nadie lo leería.
En fin, ya me he desahogado y lo agustico que me he quedado.
Los sábados el ambulatorio está abierto únicamente para urgencias, por tanto sólo hay un médico, una enfermera y una administrativa.
Aún me acuerdo mi primera guardia yo solita ante el peligro. Ilusa de mí, pensaba que mi máxima preocupación iba a consistir en controlar a los clientes VIP (yonkis) en su paso por los lavabos, para que no se escapasen de la planta baja ya que por arriba no había nadie.
Mediodía no había hecho ni 10 minutos que habíamos acabado de comer, la doctora y la enfermera estaban en sus consultas entra una pareja de sudamericanos. El padre un armario tipo Rambo con su esposa sujetando una foto de tamaño considerable.
Primero me preguntaron por el teléfono de una cadena de televisión, evidentemente les dije que ni idea.
De repente aquel rudo armario (quien lo hubiese visto juraría que nunca ha desprendido una lágrima), se pone a llorar desconsoladamente junto a su esposa. La foto era su hija de ocho años, había desaparecido hacia dos días, la policía la estaba buscando pero sin resultado. Ellos a la desesperada la buscaban por su cuenta, no era el ambulatorio donde se visitaban y vivían bastante apartados.
Ante esta situación con la comida hecha una bola en el cuello, copié todos los teléfonos hospitales, ambulatorios, atención al ciudadano del ayuntamiento en una hoja y se lo di. Esa fue la única vez que los vi, no sé si encontraron a su hija, espero que sí.
Bueno ya me han hecho la radiografía, no veas el peso que me he quitado de encima, ha sido 
como una dieta mental, lástima que no se vean los resultados a simple vista pq el “cinturón de seguridad” sigue estando ahí. Ahora sólo queda esperar que digan el famoso and the winner is…
Dudo soberanamente que me toque pero que por intentarlo que no quede, total el no ya lo tengo.
Hablemos de cosas más agradables, estamos en plena campaña de decoración del ambulatorio. El año pasado se dejó el listón bien alto ganando a la mejor decoración y que se preparen porque este año vamos a arrasar, no veas las horas que le echamos mañana pese a que me toca currar por la tarde, iré por la mañanita a seguir pintando.
Yo que quería librarme pero no he podido escaparme, ya tenía la ilusión de acabar el año sin tener que pasar por la tortura y hacer otra entrevista de trabajo per mucho me temo que no va a poder ser. Acceder a un puesto fijo es muy suculento y una oferta que no puedo rechazar. Aunque haciendo sustituciones no he parado hasta ahora y tengo para largo.
Va a ser algo extraño ya que la entrevista de trabajo me la hace una persona que ya estuve trabajando anteriormente durante unos meses. En fin, la entrevista la tengo mañana desearme mucha mierda, ya sus contaré que tal he salido parada de la sala de torturas.
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