jueves, 3 de julio de 2008

Rutina

Por mucho que lo neguemos el hombre es un animal de costumbres. Un ejemplo claro es el siguiente:


Esta semana al irse mi hermana de vacaciones muy jodia, mi impoluta madre aprovechó para hacer limpieza quitó la cama de mi hermana dejando un espacio bastante amplio ya que normalmente entre cama y cama hay un espacio de unos 15 cm, vamos tienes que pasar de lado.


El martes de esta semana me tocaba entrar a currar de mañana, así que como cada mañana según suena el despertador empiezo con mi rutina. No es otra, que hacer la croquetita o “rudulí” para conseguir despegarme de las sábanas que las muy jodias están enganchadas a la piel como una ventosa. Una característica de mi habitación es que en plena época veraniega se transforma en una sauna típica finlandesa.


Este acto rutinario me devuelve a la cruda realidad despertándome de golpe y nunca mejor dicho, dándome una leche de órdago preguntándome en donde coño había pasado la noche.


Una bonita forma de empezar el día. Para quien se preocupe por mi salud tengo el pie un poco dolorido pero progresa adecuadamente.

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