Esta historia no pasó en mi ambulatorio, pero todos estamos conectados y estas historietas ocupan nuestras tertulias cafeteras.
Un hombre se fue ha hacer un seminograma (prueba de esperma), los hay de dos tipos de movilidad o fertilidad. En fin, cualquiera de los dos el pobretico estaba jodido.
Quien se lo programó evidentemente no se percató de la prueba, un mal día lo tiene cualquiera. Así que en vez de darle un bote pequeñito que se dan para las muestras de heces y a veces de orina, le dio un bote de orina de 24 horas, para que sus hagáis una idea de la capacidad del botecito cabe más de un litro y medio (casi na). A esos yo los llamo litronas o cantimploras por no decis kachis, litros, macetitas…
Por donde iba… ¡Ah! Sí pos con eso el hombre se fue a su casa extrañado, como no le quedó claro que pudiese llenar el tanque llamó al ambulatorio. La mala suerte hizo que tampoco se entendiese por teléfono ya que no paraba de preguntar como coño iba a llenar eso. Le dijeron:
- Llene lo que pueda, todo el mundo puede usted no va a ser menos
Después de las explicaciones al hombre siguió sin quedarle claro y se dirigió al ambulatorio donde se descubrió todo el pastel.
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